Como ya sabes, cada especialidad de danza requiere un tipo de calzado. En el caso de la danza contemporánea, dependemos también del tipo de superficie sobre la que vamos a bailar. Las salas de danza, como las de Esséns, tienen el suelo de madera, lo cual nos ofrece diferentes opciones.
Te aconsejamos que siempre que empieces a trabajar una nueva disciplina o acudas como alumna a una clase con nuevo profesor o profesora, hables con él y consultes la indumentaria más adecuada al tipo de aula, superficie, estilo y coreografías. Recuerda siempre que consultar tus dudas con tu profesor o profesora te ayudará a prevenir lesiones y otros "accidentes".
Aquí van 6 tips para preparar tu mochila de danza contemporánea:
1. Si tienes experiencia y conoces la técnica, baila descalzo. En danza contemporánea se trabaja mucho con toda la amplitud de la zona de los dedos de los pies, muy abiertos en muchas ocasiones, ya que el bailarín necesita ampliar el apoyo o "agarrarse al suelo". Sin embargo, hay zonas de los pies, como los empeines, que rozan con el suelo y habrás de tener los pies acostumbrados a ello. Es aconsejable adquirir poco a poco la técnica, para ir curtiendo los pies.
2. Mientras tanto, puedes usar calcetines de algodón, la opción más habitual y más cómoda si el suelo no resbala demasiado. Así no se te enfriarán los pies y te protegerán un poco de las rozaduras. Antes de empezar, comprueba si el suelo es demasiado resbaladizo, ya que en ese caso quizá deberías bailar descalzo.
5. En la zona del tronco y de los brazos es interesante utilizar prendas ajustadas (o no muy flojas) de manga larga, para proteger los hombros y los brazos en los ejercicios de suelo y aprendizaje. Al igual que sucede con las zapatillas, cuanto más conoces la técnica y los movimientos, menos protección necesitarás.
6. ¿Protecciones? Un elemento importante cuando se está aprendiendo son las rodilleras, que no tienen que ser muy aparatosas, sino todo lo contrario. Puedes incluso usar tus calentadores o crearlas tú mismo. La finalidad es proteger los huesos de la rodilla en las pasadas por el suelo. Es aconsejable su uso, pero sin generar dependencia: poco a poco irás aprendiendo cómo deben ser los apoyos, aunque si tienes las rodillas muy huesudas probablemente tendrás que usarlas siempre.
Con las primeras clases verás que lo que hay que hacer es habituarse y adaptarse a las necesidades personales del cuerpo de cada uno. Y repetimos, ¡no olvides hablar con tu profesora si tienes alguna duda!